“En sostenibilidad es tan importante el qué como el cómo”.
Desde que, en 1994, la compañía pusiera en marcha su primera estrategia global de sostenibilidad, BASF se ha convertido en una de las compañías de referencia mundial en este área, participando incluso en 2015 en el Grupo de Trabajo de la ONU que contribuyó a redactar los ODS.
Su director de Comunicación, Relaciones Institucionales y Sostenibilidad en España y Portugal, Xavier Ribera, expondrá algunas de las claves de la gestión empresarial sostenible en el II Encuentro BforPlanet-Live por un modelo productivo sostenible. En esta entrevista nos adelanta como se vive el desarrollo sostenible en una compañía como BASF y el papel que pueden jugar las empresas frente a la Agenda 2030.
¿Cómo vive BASF el desarrollo sostenible?
El compromiso de BASF con la sostenibilidad viene de lejos. En 2019 celebramos el 25 aniversario de nuestra primera estrategia global de sostenibilidad, lo que es un buen indicador de nuestra trayectoria poniendo la sostenibilidad en el centro de la toma de decisiones. Uno de los puntos de inflexión es cuando la compañía pasa de ser “The Chemical Company” (la compañía química) a convertirse en una corporación que ‘crea química para un futuro sostenible’. Nuestro presidente tenía ya muy claro entonces que el futuro sería sostenible o no sería.
¿Cómo se sustancia ese compromiso con la sostenibilidad?
A través de acciones concretas. Por ejemplo, en 2015 creamos un proyecto llamado Sustainable Solution Steering para clasificar nuestras 60.000 aplicaciones de producto en cuatro niveles en función del nivel de sostenibilidad que proporcionan a nuestros clientes. En la última presentación de objetivos no financieros, además, se aumentó el compromiso de crecer las ventas de los aceleradores (la categoría con mejor rendimiento de sostenibilidad) hasta los 22.000 millones de euros en 2025.
¿Cuál es el mejor modo de integrar la sostenibilidad en la gestión de una empresa?
En BASF integramos la propuesta en toda la cadena de valor, desde la extracción o adquisición de materias primas hasta que el producto, transformado por nuestro cliente, llega al consumidor. De hecho, evaluamos en materia de sostenibilidad a nuestros principales proveedores conjuntamente con otras compañías líder del sector químico mundial (iniciativa Together For Sustainability). Esta evaluación conjunta permite, por ejemplo, ayudar a los proveedores a cumplir con los criterios de sostenibilidad y acompañarlos en el proceso.
¿Qué productos aporta BASF en el área de la sostenibilidad?
En sostenibilidad tan importante como el ‘que’, o sea, lo que producimos, es el ‘cómo’, es decir, el modo en el que lo fabricamos. Si hacemos las cosas muy bien pero el producto no aporta un valor a la sociedad, no tiene ningún sentido.
Un ejemplo del ‘cómo’ es nuestro proyecto ‘Chemcycling’ que convierte los residuos plásticos en gas de pirólisis, lo que permite utilizarlos de nuevo como materia prima. Esto aporta dos soluciones a la vez: por un lado, evitar los residuos, y, por otro, evitar la búsqueda de recursos fósiles. Ya hay piezas de automóviles, colchones, o packaging en los que se aplica.
En cuanto a productos concretos, ahora mismo tenemos un proyecto conjunto con Adidas para desarrollar zapatillas deportivas hechas de un solo termopoliuretano, lo que permitirá que una vez han acabado su vida útil, Adidas las triture y las convierta en unas nuevas zapatillas.
¿Cuál cree que debe ser el papel de los ODS en la recuperación económica?
Desde que se elaboraron los ODS, han pasado cinco años que nos han servido para situar el problema. Ahora es el momento de ponerse manos a la obra, pasar del storytelling al storydoing. Declaraciones de buenas intenciones que no tengan detrás un compromiso corporativo de la empresa no serán suficientes. Y el compromiso de la empresa está en sus presupuestos.
Para nosotros es muy importante, por ejemplo, el ODS 17: revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible. Esta es una carrera que solo la ganaremos si cruzamos juntos la meta. Debemos compartir experiencias incluso más allá del modo clásico entre empresas y administración, contando con todos los implicados, incluyendo a la competencia. Hay que quitarse las manías de encima e ir todos de la mano.
¿Las compañías con compromiso corporativo han enfrentado mejor la crisis de la COVID-19?
Sin duda. La Agenda 2030 es un compromiso con la responsabilidad. Cuando tienes un propósito claro te es más fácil tomar decisiones en situaciones de crisis. Es como un faro que te guía en la crisis y te hace más responsable.
Pero la crisis también tiene cara B: afrontar los retos de la Agenda 2030 al mismo tiempo que la crisis social es complicado, pero es lo que tenemos. Y hemos de ser conscientes de que, aunque la COVID-19 es muy dura, el cambio climático aún lo es más. No debemos perder el foco y hemos de seguir trabajando para no llegar a las fechas que nos hemos puesto como límite cuando la situación sea ya insalvable.